viernes, 10 de mayo de 2013

¡Felicitaciones a las madres naturales!

Hoy quiero felicitar a las madres, a todas ellas, pero especialmente a aquellas que decidieron hacer lo que una madre debe hacer.

¿Y quién dice que es lo que “debe” hacer una madre?

La naturaleza supongo…

Felicidades a todas las madres que decidieron tener un parto natural, que lograron superar el miedo infundido por la ignorancia colectiva, que dejaron a un lado su comodidad momentánea y soportaron los dolores, para traer a sus hijos conscientes y tomarlos en brazos para no separarse de ellos cuando todo lo que los bebés necesitan es estar pegados a mamá.

Felicidades también a todas las que querían un parto respetado, pero su médico (ese semi-dios del mundo moderno) les dijo que su hijo tenía circular de cordón o que estaban estrechas (WTF?) o cualquier otro pretexto y las obligó a tener una cesárea innecesaria por su comodidad. Y al 10% que en realidad requería una cesárea por emergencia, también muchas felicidades, que bueno que existe la cesárea necesaria, ¡salva vidas!

Felicidades a todas las madres que decidieron amamantar, cosa que a pesar de ser gratuita y natural, parece la contraindicación en nuestra sociedad moderna. Felicidades porque eligieron el sacrificio por el bienestar de sus hijos (que de eso se trata ser madre ¿no?), soportaron dolor, cansancio, desesperación y demás cosas que no puedo imaginar, para que sus bebés tuvieran salud, comida calientita, protección contra enfermedades, consuelo, apego y tantas cosas que no vienen en etiquetas. Felicidades por no sucumbir ante la aparente comodidad de la fórmula láctea (que es carísima e hija de un laboratorio), y no es otra cosa que comodidad (y tranquilidad de conciencia) para la madre (no tiene que lactar, el bebé no morirá de hambre, tiene vitaminas de la A a la Z [jamás comparadas con todo lo que tiene la lecha materna], lo hace dormir la noche entera [¿confiar en un alimento que modifica la naturaleza de tal modo?], etc.). Al 5% de las madres que por causas fisiológicamente verdaderas tampoco pudo dar leche, también felicidades, sé que hubieran querido hacerlo.

Felicidades extra a todas aquellas madres que extendieron su lactancia más allá de los 6 meses “regulares”, que soportaron la presión social de la gente que dice que esa leche ya no sirve (aunque la OMS diga lo contrario), que el bebé tendrá problemas para socializar o dormir, que los senos se les colgarán, que qué asco, etc. Porque buscaron lo mejor para su hijos, no para ustedes.

Felicidades a todas las madres que se dedican o dedicaron a cuidar a sus hijos, porque para eso decidieron tenerlos, no para meterlos en una guardería de 7 a 7 y luego recogerlos para darles “tiempo de calidad”. Quizá dejaron a un lado lo que la sociedad nos enseña como “realización personal” para dedicarse a sus hijos, como si ello no significar realizarse.

También felicidades a todas aquellas madres que debieron salir a ganar el pan para que sus hijos comieran, porque no tenían un padre que lo hiciera, y tuvieron que partirse en 2 para estar con sus hijos y trabajar. (No por comodidad o egoísmo, por necesidad). O a las que estando en casa, emprendieron negocios para ayudar a la economía familiar y seguir realizándose sin abandonar a sus hijos.

Felicidades a todas las madres que se informan, que se preguntan e investigan conceptos, de alimentación, de crianza, de educación, etc.

Felicidades a todas las madres que superaron sus miedos y traumas de infancia, que se liberaron de esposos posesivos, maltratadores, y demás defectos que podemos tener los hombres, para mostrar a sus hijos el valor de la persona, del respeto a uno mismo, porque cuando crezcan tratarán de hacer lo que aprendieron de sus padres.

Felicidades a todas las madres que en ignorancia o no (todos somos ignorantes, es solo que ignoramos diferentes cosas) dan todo lo que pueden para darnos a sus hijos mejores vidas que las que ellas tuvieron, se sacrifican, dan su tiempo, sus noches, su trabajo y todo su cuerpo, mente y corazón por el bienestar y buen desarrollo de sus hijos.

El amor es de quien lo siente, no de quien lo recibe, así que felicidades y gracias a ustedes por tanto amor, son ricas en ello.

Felicidades a mi madre y a la madre de mi hijo, por sacrificarse por sus hijos, porque eso significa ser madre, y no el mal sentido del sacrificio, es una elección no dolorosa, que se hace con todo el amor, y servir es la cosa más satisfactoria y reconfortante del mundo.

Y a todas aquellas mujeres que quieren ser madres y no pueden. Un abrazo con todo mi amor, y espero que lo logren pronto, por parto natural o por parto destinado (adopción). Ustedes ya son madres, es solo que aún no tienen hijos.

Si olvidé incluir a alguna madre en mis felicitaciones, lo siento, pero también felicidades, ojalá que su festival haya estado muy bonito y que les den muchos regalos.

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