viernes, 15 de abril de 2011

México está tibio

Esta nota no es sobre animales, pero comienza por una nota que me desencadenó muchos pensamientos...

Acabo de ver un caso de maltrato animal impresionante subido por mi amiga Tere. http://www.facebook.com/#!/album.php?aid=103636&id=1013163592 (Ella, sus amigas y su equipo son ángeles para los animales, si a alguien le gusta la causa, no dejen de apoyarlas.)

Ello solo me hizo pensar sobre las leyes en nuestro país, el país del “todo se puede”, del “me meto en sentido contrario porque nadie me dice nada”, del “tiro la basura porque no pasa nada”. El país de la falta de respeto… ¡Hay una gran diferencia entre “el respeto al derecho ajeno es la paz”, y que cada quien tenga derecho a hacer lo que quiera sin respetar a los demás!

Los diputados y senadores insultándose, faltando a su trabajo, durmiéndose en sesión, gastando el presupuesto en tonterías, retrasando leyes y reformas necesarias para que el país crezca. Supongo que si no permiten pasar reformas hacendarias, laborales, de educación, de salud, seguridad y demás cosas que a todos nos interesan, no puedo esperar que les preocupe proteger a la naturaleza, a los niños, a los animales… Ni hablar, es un país triste.

Pero es triste porque nosotros lo queremos, porque nos lo merecemos, no hacemos nada, permitimos que nos pisoteen, nos quejamos desde casa pero no hacemos nada, vemos por nosotros mismos o esperamos a que alguien más tome el riesgo y haga el cambio.

Se me ocurre una lista gigante de cosas que son de la incumbencia y que deberían ser del interés de todos, pero en realidad no tienen la participación de nadie, o de muy pocos, y ahí está el gran problema, si yo soy gobierno y no encuentro real oposición a las cosas que hago, pues seguiré haciendo lo mismo o más hasta donde aguanten. Y está visto que el pueblo mexicano tiene una resistencia increíble, a ser pisoteado, engañado, burlado, a tolerar más cada vez… y que también carece de memoria, todo se nos olvida, con una nueva promesa es como si nada hubiera ocurrido. Como el caso del esposo golpeador, después de la golpiza llega llorando, o con flores y mariachis, y aquella lo perdona creyendo (haciéndose tonta) que no volverá a suceder (siendo que siempre ha sido igual).

(Dice un amigo psicólogo que cuando la mujer golpeada permanece a lado del golpeador, es porque inconscientemente necesita esa violencia, para ser víctima, para ser querida, consentida después, para merecer amor (o conmiseración). Así que tal vez estemos en las mismas, tal vez de algún modo México necesita ser pisoteado.)

Sé que yo no necesito ser pisoteado y estoy en pie de guerra contra ello, con mi estrategia, con mi pequeña batalla (hasta ahora), y espero algún día lograr un cambio, si no ¿a que vine al mundo? ¿a dejarlo como lo encontré? ¿a dejar que otros lo cambien y para mal?, NO!

También veo otras personas de pie, algunas agrupadas (y muchas veces unas contra otras), pero muchas (como yo), en batallas solitarias, como me dice Pao, siempre nadando contra la corriente, pero si la corriente nos está llevando a la destrucción, debo actuar, deberíamos hacerlo todos, pero inexplicablemente no sucede. La mayoría prefiere su zona de confort, de “seguridad”, de poco riesgo. Así que no pasamos de ser GENTE TIBIA y de eso está hecho el país, un país tibio, con posibilidades y recursos para ser un país grande, pero entrampado en su “política”, en la mediocridad de su gente, en el silencio de los oprimidos.

Sueño con que algún día México despierte y los mexicanos actuemos, somos millones y con todas esas manos organizadas podríamos lograr maravillas, erradicar la pobreza (de los que así lo quieran), tener una verdadera educación, salud, seguridad, etc. ser un país feliz.

Estamos secuestrados por nuestros políticos, nos tienen con un pie en el cuello y mientras más pasa el tiempo más nos parecemos al elefante al que de pequeño encadenaron a una estaca, que en ese momento era más fuerte que él, y que cuando creció (aunque podía romper la cadena fácilmente) no se liberó porque ahora la prisión era mental… Así que esto se está grabando en el código genético mexicano… mi México.

Creo que este escrito no llegará lejos, lo hago al final por desahogarme, por ese sueño de que muchos responderán e idearemos una manera de cambiar las cosas, pero lo más que hará es obtener unos “me gusta” en el Facebook, 2 o 3 comentarios de gente que acuerda (y que con suerte libra su batalla en pos de la mejora de algún problema), probablemente la gente de siempre (a quien infinitamente agradezco), pero siempre soñaré con ese despertar.

No se trata de colgarse las cananas y el fusil para salir corriendo a hacer la revolución, sería suficiente con que uno mismo mejorara su persona, su casa y su familia y ayudara en serio con algún problema: el agua, la deforestación, la educación, la calidad, la protección a los niños, la naturaleza y los animales, la tercera edad, la discapacidad, la seguridad, la sobrepoblación, la salud, el deporte, la información, la economía, etc. etc., problemas sobran, gente también, solo falta ocupar a toda esa gente de todos esos problemas, sería para mí un motivo de vergüenza el no hacer nada, mi vida sería inútil… y conozco tantas vidas inútiles…

Aparte de hacer, hay que contagiar, porque esto debe expandirse para que funcione…

¿Nadie tiene ideas? ¿O lo que escribo siempre es muy tonto?

Quizás soy solo un soñador y no aterrizo, porque en verdad lo creo posible.

Tal vez algún comentario me haga despertar a la realidad... o quizá esta nota despierte a alguien a este sueño y luchemos juntos.