lunes, 7 de febrero de 2011

Y que me encuero en Bellas Artes

Ayer fue el día en que por fin pude asistir a "la piel del toro"...

Fue una experiencia interesantísima!, primero quitarse la ropa frente a los demás, que a su vez se encueraban... a nadie le importaba al parecer, o todos fingían, como yo, que uno no tiene problemas con quitarse la ropa y que está conforme con su cuerpo ( :S ). Al final pienso que todos nos la creímos y que a ninguno nos importó en realidad, !éramos tantos!, como 300 en calzones. Como siempre, había mirones, pero tal como en un banco de peces, uno se siente seguro.

Ya en Bellas artes, el piso era duro como para estar una hora tirados sin cambiar de posición, el aire frío, la "sangre" secándose y pegándote al piso, las piernas y los brazos comenzaban a dormirse... Mientras más dolía, más me imaginaba en la piel del toro, pensaba que eso no era nada comparado, yo estaba sano, podía irme cuando quisiera, no estaba realmente herido por las banderillas, ni por la puya y aunque había gente, incluyendo morbosos tomando fotos, nada comparado a la plaza.

Me conmovía imaginar los sonidos de la "fiesta", aplausos, gritos, olés, festejando la tortura, el sufrimiento del toro. En verdad dolían las piernas, pero no debía moverme, imagino que todos sentíamos dolor, pero como el evento era en silencio y con los ojos cerrados, no podíamos compartir nada, pensaba que tal vez era yo el único bruto que adoptó una mala posición, pero en piso de mármol, como que no había muchas opciones...

De nuevo trataba de concentrarme y de pensar que estaba haciendo algo bueno, que los toros lo merecen, que mi dolor era insignificante... y de nuevo mi mente a la plaza, la gente enardecida gritando, festejando mi dolor (o el arte dicen ellos), insensibles ante mi sufrimiento, soy invisible, la gente es la fiesta, el olé, el bailarín de traje brillante. Y quería llorar!, puedo entender la muerte, nadie la quiere, pero es natural. Pero ¿entender que alguien disfrute con ella?, solo me parece de gente con menos conciencia, menos evolucionada (hablo exclusivamente de este aspecto de sensibilidad y respeto a la vida). Nadie merece sufrir así!

Y pasó la hora y nos levantamos lentamente para no sentir mareos ni caer desmayados, por aquello de la presión, nada que ver con dolores ni incomodidad insoportables, no fue tan grave!. Todos parecíamos adoloridos y felices de haberlo logrado, de haber soportado sin movernos, de podernos ir a casa. Aplaudimos celebrando el acto y agradeciendo a todos los presentes y participantes, un momento muy bonito!.

Admiro a todos los que se atrevieron, más a las mujeres que suelen ser más vanidosas y preocupadas por su apariencia, por su pudor, vulnerables ante las miradas de los que solo veían una pasarela de carnes. Se quitaron la ropa y estuvimos juntos por segundos en la piel del toro:

Desnudos, observados, vistos con risa y burla, incómodos, vulnerables, adoloridos... afortunadamente no nos lastimaron ni nos mataron. Nadie festejó nuestro dolor.

Lo siento por todos los toros que viven un martirio real. Los invito a acompañarnos el próximo año (aún si no tienes una opinión tan clara en cuanto a "la fiesta", esto puede aclararte las cosas). Mientras más lo hagamos más fuerte será nuestra voz y nuestra exigencia para que esto termine. Decía Luther King: "Nuestra generación no se habrá lamentado tanto de los crímenes de los perversos, como del estremecedor silencio de los bondadosos.", espero que no sean silenciosamente bondadosos. Además es una experiencia lindísima de comunión, el quitarte la ropa junto a los demás de verdad te libera! y es por una buena causa!

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